Ocho cambios en las etiquetas de lo que compramos en el supermercado.

¿Cuántas grasas me estoy COMIENDO si ataco esas galletas? Y ese aceite vegetal que contienen, ¿es el saludable de oliva o el saturado de coco? Desde mañana, conocer todos estos DATOS sobre los alimentos que compramos será algo más fácil. Después de un periodo de transición de tres años, la industria alimentaria de toda Europa tiene que aplicar un reglamento aprobado en 2011 que especifica al detalle cómo tienen que estar etiquetados estos productos. Entre otras cosas, será obligatorio informar sobre los 14 alérgenos más comunes, usar un tamaño de letra legible, identificar origen y composición exacta e incorporar datos nutricionales que permitan comparar qué alimento es más saludable.

Las 28.000 empresas españolas del sector llevan años adaptándose a la NUEVA normativa y la mayoría ya cumple, explica Montserrat Prieto, especialista en derecho alimentario de la Federación de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB). “Sin embargo, el reglamento permite que los productos comercializados o etiquetados antes de esta FECHA puedan sigan vendiéndose hasta que se agoten las existencias. Cuánto tiempo dependerá de la caducidad de cada uno”, explica. Solo haber aprobado la letra más grande, la información nutricional y las ingestas de referencia, añade Prieto, “supone un gran logro para el consumidor y un gran esfuerzo para la industria”.


Cambios en el etiquetado

Para las asociaciones de consumidores, la normativa “es claramente una mejora”. “Sabremos más y mejor qué estamos comiendo”, asegura la OCU. Y no solo al comprar; comer fuera será más sencillo y más seguro para quienes padecen alergias o intolerancias. Sin embargo, los consumidores critican que el reglamento no haya llegado más lejos. El tamaño de la letra podría ser mayor, las bebidas alcohólicas no tendrían que estar excluidas de especificar su composición, aún no está claro qué DATOS deben dar los productos vendidos a granel… Y las temidas grasas trans no están recogidas. La Comisión Europea se da hasta 2016 para elaborar un informe y decidir si será obligatorio indicar su presencia en un alimento.

Estos son algunos de los ocho cambios que veremos en las etiquetas:

Ojo a las alergias. Las etiquetas deberán dejar bien claro si los alimentos contienen alergenos. Para indicar la presencia de lactosa o frutos secos, habrá que cambiar la tipología, por ejemplo con un color diferente o en negrita. Un anexo del reglamento menciona 14 alergenos. Los alimentos sin envasar (por ejemplo, en un restaurante o cafetería) también deben informar de la presencia de este tipo de sustancias, pero el reglamento permite a los ESTADOS miembro decidir cómo. En el caso de España, se ha permitido que esta información pueda ofrecerse de forma verbal, lo que en opinión de CEACCU supone un amplio margen de inseguridad para los consumidores.

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